En verdad, vine a ti y te traigo la Justicia y la Verdad. Por ti rechace la iniquidad”. -“No herí a hombre alguno, ni hice daño a las bestias”. -“No cometí delito en el lugar de la Justicia y la Verdad”. -“No conocí mal: No actué perversamente”. -“Cada día trabajé más de lo que se me pedía”. -“Mi nombre no llegó a la barca del príncipe”. -“No desprecié a Dios”. -“No causé aflicción, ni ejercí aflicción”. -“No hice lo que Dios abomina”. -“No hice que su amo obrara mal con su siervo”. -“A nadie le hice sentir dolor”. -“A ningún hombre hice llorar”. -“No cometí homicidio; ni jamás ordene a nadie que matara por mí”. -“No perjudique a la gente”. -“No hurte lo ofrendado en los templos; ni robé las tortas de los dioses”. -“No me llevé las ofrendas efectuadas a los bienaventurados difuntos”. -“No forniqué, ni mancillé mi cuerpo”. -“Ni acrecenté, ni disminuí las ofrendas debidas”. -“No robé de los huertos; ni pisoteé los campos”. -“No hice agregados al peso de la balanza; ni aligeré el peso de los platillos”. -“No quité la leche de la boca del infante”. -“No aparté el ganado de sus apacentaderos”. -“No tendí trampas al ave acuática de los dioses”. -“No pesqué peces con carnada de sus propios cuerpos”. -“No hice regresar el agua en su marea alta” -“No interrumpí el cauce del agua corriente”. -“No extinguí la llama en su plenitud”. -“No descuidé las estaciones para las ofrendas asignadas”. -“No alejé el ganado separado para el sacrificio”. -“No impedí las procesiones del dios.
(TEXTO)
Principalmente Dios creo los 10 mandamientos con los objetivos de orientar lo bueno y lo malo para sus hijos para hacer lo bueno y no el mal y que con sus enseñanzas tomáramos ejemplo y de su sabiduría en el
Libro de los Muertos se incluye una lista de juramentos para alcanzar la vida después de la muerte y como bien se dice en algunas de estas confesiones se asemejan a mandamientos del decálogo israelita. También se observan los los mandatos divinos no egipcios procedentes, en la biblia de los muertos e sostiene las formulas de prohibiciones una distinción entre lo bueno y lo malo a los ojos de Dios, algo similar a las confesiones negativas que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos. Es una herramienta de uso común en el próximo oriente antiguo para pesar productos mercantiles Pero la Biblia no solamente hace referencias a la balanza como dispositivo para el pesaje de productos en las transacciones comerciales como bien dice Job 31:5-6: “Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad” dios conoce lo injusto y lo injusto la obra está llena de complejidad, de hecho no hay consenso acerca de la fecha de su composición y contiene figuras que corresponden al periodo persa como “Satán”, también un estilo de épica semítica más antigua su autor anónimo, quien la tradición hebrea atribuye a Moisés, parece conocer distintas tradiciones orales mucho más antiguas al periodo persa, e incluso parece hubiera viajado a Egipto, pues además de los paralelismos con algunos textos egipcios, existe una alusión directa a Behemot
En resumidas cuentas El libro de los muertos es un texto fuente de un dilatado desarrollo cultural además de haber distintas versiones se excusa hábilmente ante los dioses, se excusa hábilmente ante los dioses, me llama mucho la atención el salmo que dice en Génesis 3:11-12
11.- “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” 12 .-“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”.
No estaba asumiendo la responsabilidad y mas bien dejando la culpa a la mujer
En este diálogo, al igual que el difunto que contesta hábilmente ante el dios egipcio, Adán contesta a Yhavé eludiendo la pregunta sin responsabilizarse y sin embargo a diferencia del pensamiento egipcio, Dios lo castiga y expulsa del paraíso.
No obstante, aunque se trate de pequeñas influencias genéricas o indirectas de esta obra egipcia sobre la Biblia, son por su dilatado periodo de vigencia y por su gran trascendencia las culturas en la composición de las Sagradas Escrituras, l
Partiendo de la base de que la Biblia no es un texto funerario, ni una colección de sortilegios, como lo es el Libro egipcio de los Muertos, ni que ambos textos presentan una misma composición, ni derivan de una misma cultura y religión, no puede sostenerse una relación directa del Libro de los Muertos con la Biblia.
No obstante, no puede tampoco cuestionarse que el Libro de los Muertos tuvo un papel relevante en la cultura del antiguo Egipto, manteniendo su praxis durante el periodo coincidente con la composición del texto bíblico. Toda vez que la Biblia es un texto heterogéneo donde se aprecian distintas influencias culturales en su composición (Egipto, Mesopotamia, etc.), no puede descartarse alguna vaga influencia del Libro de los Muertos sobre la Biblia, aunque sea a razón de un hito característico de la cultura egipcia que marco a las poblaciones vecinas, también politeístas y sujetas al dominio de Egipto.
Por consiguiente, este breve artículo únicamente pretende exponer algunos pequeños puntos que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos y que parecen también recogerse vagamente en la Biblia; lo cual, como antes ya mencioné, no significa en modo alguno que la Biblia contenga parte de esta obra egipcia o que ambas tengan una relación en sí, directa. Comencemos pues con estos puntos:
Los Diez Mandamientos
En el capítulo CXXV del Libro de los Muertos (Papiro de Ani) se incluye una lista de juramentos para alcanzar la vida después de la muerte. Estas declaraciones juradas son confesiones negativas, que llevan implícito el mandato de los dioses egipcios a llevar una vida recta; algunas de estas confesiones se asemejan a mandamientos del decálogo israelita.
Aunque aparezcan semejanzas con el Libro Egipcio de los Muertos, el decálogo israelita también está empañado de otros mandatos divinos no egipcios procedentes de Ebla, Ugarit y Canaán. Asimismo el decálogo contiene preceptos similares al código de Hammurabi que junto con tradiciones locales cananeas pudieron dar una primera forma a los Diez Mandamientos. Los eruditos bíblicos sostienen que las primeras fórmulas primitivas del decálogo (s.X-VIII a.C.) eran simples negativas (no matarás, no robarás, etc.), es decir, manifiestan además de prohibiciones, una distinción entre lo bueno y lo malo a los ojos de Dios, algo similar a las confesiones negativas que aparecen en el Libro Egipcio de los Muertos. La balanza de Maat, el libro de Job y el libro de Daniel
El Libro Egipcio de los muertos contiene la escena del pesaje del corazón del difunto. El corazón emblema de la conciencia es pesado en la balanza y en el otro extremo es pesada la pluma emblema de la ley. Arriba doce dioses observadores están sentados sobre sus tronos: “Te ruego, oh tú que pesas lo justo, que guíes la balanza para que se estabilice”.
En el papiro del museo británico nº 9901, la diosa Maat está sentada en el centro del astil de la balanza. En otras versiones de esta obra, las dobles diosas Maat son representadas erguidas junto a la balanza observando el resultado del pesaje. También hay representaciones en donde la pluma es sustituida por la propia diosa Maat.
En otras versiones como la del papiro de Quenna, en vez de Maat, es anubis quien aparece en el astil y en otras variantes de la escena del pesaje del corazón, aparecen monos, el dios Horus, Osiris, Isis y Neftis. También aparece el dios Thot, y detrás de Thot el monstruo hembra Amam “el devorador” o Am-mit “el que come al difunto”.
La balanza fue una herramienta de uso común en el próximo oriente antiguo para pesar productos mercantiles junto con oro, plata, cobre, etc. La Biblia da mucha importancia al uso correcto de las balanzas:
Levítico 19:35-36:”No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto”.
Pero la Biblia no solamente hace referencias a la balanza como dispositivo para el pesaje de productos en las transacciones comerciales (Amos 8:5, Proverbios 16:11; 20-23, Isaías 46:4; Jeremías 32:10, etc.). En el libro de Job podemos leer el pesaje del hombre ante Dios de manera similar al Libro Egipcio de los Muertos:
Job 31:5-6: “Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad”
El contexto de este capítulo 31 es una confesión a modo de protesta, una defensa de la integridad de Job, exponiendo de forma paralela a las confesiones negativas del Libro Egipcio de los Muertos su inocencia y rectitud ante Dios a lo largo de su vida. Si volvemos a leer las confesiones negativas y el capítulo 31 del Libro de Job apreciaremos ciertas similitudes, tales como negar el engaño o la mentira, la iniquidad, el mal al prójimo, obrar contra el siervo, etc.
Esta obra está llena de complejidad, de hecho no hay consenso acerca de la fecha de su composición, tal vez pudo comenzar a redactarse en fecha postexílica, entorno al siglo VI-V a.C., pues es rico en lenguaje arameo, a la vez que contiene figuras que corresponden al periodo persa como “Satán”, sin embargo en su literatura aparece también un estilo de épica semítica más antigua (s.VIII a.C.), y paralelismos con la antigua literatura cananea, acadia, sumeria y egipcia. Así por ejemplo el Libro de Job tiene alguna similitud con la epopeya cananea de Keret, con “Las protestas del campesino elocuente”, un texto egipcio del siglo XXI a.C., o por último con el texto “El hombre y su Dios”, una tablilla sumeria del siglo XVIII a.C. La raíz del propio nombre “Job” (enemigo y penitente) ya aparece en textos de execración egipcios, en las cartas de Amarna, en Alalaj, en Mari, y en Ugarit.
Además, su autor anónimo, quien la tradición hebrea atribuye a Moisés, parece conocer distintas tradiciones orales mucho más antiguas al periodo persa, e incluso parece hubiera viajado a Egipto, pues además de los paralelismos con algunos textos egipcios, existe una alusión directa a Behemot (el hipopótamo del Nilo) para hacer referencia al país de Egipto:
(Job 40:15) “Mira ante ti a Behemot: él se alimenta de pasto como un
La balanza fue una herramienta de uso común en el próximo oriente antiguo para pesar productos mercantiles junto con oro, plata, cobre, etc. La Biblia da mucha importancia al uso correcto de las balanzas:
Levítico 19:35-36:”No hagáis injusticia en juicio, en medida de tierra, en peso ni en otra medida.Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendréis. Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto”.
Pero la Biblia no solamente hace referencias a la balanza como dispositivo para el pesaje de productos en las transacciones comerciales (Amos 8:5, Proverbios 16:11; 20-23, Isaías 46:4; Jeremías 32:10, etc.). En el libro de Job podemos leer el pesaje del hombre ante Dios de manera similar al Libro Egipcio de los Muertos:
Job 31:5-6: “Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad”
El contexto de este capítulo 31 es una confesión a modo de protesta, una defensa de la integridad de Job, exponiendo de forma paralela a las confesiones negativas del Libro Egipcio de los Muertos su inocencia y rectitud ante Dios a lo largo de su vida. Si volvemos a leer las confesiones negativas y el capítulo 31 del Libro de Job apreciaremos ciertas similitudes, tales como negar el engaño o la mentira, la iniquidad, el mal al prójimo, obrar contra el siervo, etc.
Esta obra está llena de complejidad, de hecho no hay consenso acerca de la fecha de su composición, tal vez pudo comenzar a redactarse en fecha postexílica, entorno al siglo VI-V a.C., pues es rico en lenguaje arameo, a la vez que contiene figuras que corresponden al periodo persa como “Satán”, sin embargo en su literatura aparece también un estilo de épica semítica más antigua (s.VIII a.C.), y paralelismos con la antigua literatura cananea, acadia, sumeria y egipcia. Así por ejemplo el Libro de Job tiene alguna similitud con la epopeya cananea de Keret, con “Las protestas del campesino elocuente”, un texto egipcio del siglo XXI a.C., o por último con el texto “El hombre y su Dios”, una tablilla sumeria del siglo XVIII a.C. La raíz del propio nombre “Job” (enemigo y penitente) ya aparece en textos de execración egipcios, en las cartas de Amarna, en Alalaj, en Mari, y en Ugarit.
Además, su autor anónimo, quien la tradición hebrea atribuye a Moisés, parece conocer distintas tradiciones orales mucho más antiguas al periodo persa, e incluso parece hubiera viajado a Egipto, pues además de los paralelismos con algunos textos egipcios, existe una alusión directa a Behemot (el hipopótamo del Nilo) para hacer referencia al país de Egipto:
(Job 40:15) “Mira ante ti a Behemot: él se alimenta de pasto como un
Sin embargo el libro de Job no es el único de la Biblia que contiene el acto de pesar sobre la balanza al hombre frente a Dios. En el libro de Daniel, el profeta explica al rey Belsasar la visión que ha tenido, donde Dios recrimina al rey su deficiencia moral, su altivez, su falta de humillación y la profanación de objetos sagrados del Templo, profetizando por ello su caída a manos de los persas. En esa declaración que Daniel hace al rey Belsasar podemos leer que al igual que en el Libro egipcio de los Muertos, la persona es pesada en una balanza ante Dios.
(Dn. 5:27) "Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto"
ADAN y EVA
Adán y Eva representados en un grabado francés del siglo XVII
El libro de los muertos es un texto fuente de un dilatado desarrollo cultural, siendo en si misma una obra dinámica, en el sentido de que además de haber distintas versiones, no hay un papiro que sea exactamente igual que otro. Para empezar, sus orígenes se remontan a los Textos de las Pirámides de la Dinastía V, para después enlazar con los Textos de los sarcófagos del Reino Medio y es a partir del imperio Nuevo cuando se le da la forma que hoy conocemos.
Al ser una guía que orienta al difunto, cada ejemplar contiene sus variaciones. Así por ejemplo un difunto que robó se excusa hábilmente ante los dioses, reconociendo que obró mal, pero que se arrepintió, queriendo devolver lo robado, sin tener tiempo para ello al sorprenderle la muerte. Entonces los dioses le premian permitiéndole ir al más allá.
En la antigüedad, un sabio era aquel hábil para responder delante del dios. En la Biblia no es así, sino que es sabio, aquel que se responsabiliza con aquello que responde. En la Biblia podemos apreciar dos ejemplos antagónicos: Por una lado en Génesis 3:11-12 podemos leer un diálogo entre Dios y Adán:
11.- “Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?” 12 .-“Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.”.
En este diálogo, al igual que el difunto que contesta hábilmente ante el dios egipcio, Adán contesta a Yhavé eludiendo la pregunta sin responsabilizarse y sin embargo a diferencia del pensamiento egipcio, Dios lo castiga y expulsa del paraíso. ¿ Por qué?
En la antropología hebrea el hombre es visto como un ser compacto, sin partes. El hombre es como un libro unitario que puede verse de lado, de frente y por dentro. El hombre visto de frente es limitado, algo que se nos muestra en el Libro de Job y en el Libro de los Proverbios, mientras que a un hombre visto de lado le es perceptible su movimiento respiratorio. El movimiento de inspirar y espirar es personal e individual, no es delegable a otro, por lo que en el pensamiento judío cada persona es responsable de su propio respirar, de su propia vida, de sus propios actos.
En hebreo la palabra “Nephesh” (נפש) que significa “criatura que respira”, es el alma, su vida, refiere al ser humano como criatura viviente y responsable de sus propios hechos. En la Biblia Dios da aliento a Adán y lo hace responsable de su vida. Es responsable aquel que es capaz de reconocer sus limitaciones (sus virtudes y faltas), desarrollando sus cualidades y controlando sus defectos.
Por último, en el mundo hebreo la persona al igual que un libro puede llegarse a conocer también por dentro. Conozco el interior de la persona cuando conozco su “Ruah” palabra hebrea (רוח) para designar “respiración, soplo, aliento, aire, viento o espíritu”.
Y habiendo Adán desobedecido a Dios elude su responsabilidad dando una respuesta que sería hábil para el mundo de los dioses egipcios, pero que en el pensamiento semita le condena.
Por otra parte un ejemplo contrario lo encontramos en el Libro segundo de Samuel. En este caso el rey David quien mantiene una relación con una mujer casada (Betsabé), para deshacerse del marido (Uría), le manda al frente donde es asesinado. Después se casa con la viuda y tienen un hijo.
(2 Samuel 11:27) “Y pasado el luto, envió David y recogióla á su casa: y fué ella su mujer, y parióle un hijo. Mas esto que David había hecho, fué desagradable á los ojos de Jehová”.
Aunque ello es mal visto por Dios, al igual que en el relato de Adán, Dios vuelve a hacer una pregunta, esta vez en palabras del profeta Nathán:
(2 Samuel 12:9) “¿Por qué pues tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Uría Hetheo heriste á cuchillo, y tomaste por tu mujer á su mujer, y á él mataste con el cuchillo de los hijos de Ammón”.
(2 Samuel12:10) “Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada; por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Uría Hetheo para que fuese tu mujer”.
(2 Samuel 12:11) “Así ha dicho Jehová: He aquí yo levantaré sobre ti el mal de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré á tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres á la vista de este sol”.
(2 Samuel12:12) “Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel, y delante del sol”.
(2 Samuel12:13) “Entonces dijo David á Nathán: Pequé contra Jehová. Y Nathán dijo á David: También Jehová ha remitido tu pecado: no morirás”.
(2 Samuel12:14) “Mas por cuanto con este negocio hiciste blasfemar á los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido morirá ciertamente”.
Y aquí David no contesta como Adán, sino que se responsabiliza y reconoce su pecado, por lo que Dios le perdona la vida.
EL LIBRO EGIPCIO DE LOS MUERTOS Y EL CRISTIANISMO
A. El uso de tinta roja
El papiro de Ani tiene sus títulos, encabezamientos, epígrafes y reclamos, escritos en tinta roja. El color rojo se empleaba también para remarcar determinados apartados, secciones o párrafos y no fue un motivo exclusivo del Libro Egipcio de los Muertos, sino que se reprodujo en otros textos no funerarios, como por ejemplo el Papiro Ebers, un texto de medicina.
Fragmento del Papiro de Ani donde se aprecia el uso de tinta roja
Pero si hablamos del uso de tinta roja en documentos religiosos hebreos, de todo ello no hay precedente en la Torá, porque de acuerdo con las leyes judaicas la tinta con que se escribe tiene que ser de un color negro denominado azabache, y siempre debe mantenerse ese color.
Algunos escritos pueden tener algunos adornos de colores como en el caso del acta matrimonial judía o en algunos manuscritos, con el solo efecto de adornar, y hay actas matrimoniales muy bellas, pero las letras de los manuscritos bíblicos hebreos son siempre negras.
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